Basta un año de meditación perseverante, o incluso medio, para percatarse de que se puede vivir de otra forma. La meditación agrieta la estructura de nuestra personalidad hasta que, de tanto meditar, la grieta se ensancha y la vieja personalidad se rompe y, como una flor, comienza a nacer una nueva. Meditar es asistir a este fascinante y tremendo proceso de muerte y renacimiento.

Poco más de un centenar de páginas de inaudita intensidad que nos ayudan a comprender la importancia de esa humilde pero profunda virtud que es la atención. Un libro tan pequeño como exquisito que recoge una obstinada búsqueda de sí mismo. Tras conocer a Franz Jalics –su maestro– y en respuesta a los miles de lectores que le escribieron para comentarle y agradecerle su Biografía del silencio, Pablo d’Ors funda en 2014 la asociación Amigos del Desierto, cuyo propósito es profundizar y promover la práctica contemplativa.