Conocíamos la trayectoria del Eudardo Arroyo artista, escenógrafo, dramaturgo e ilustrador, Premio Nacional de Artes Plásticas. Pero en este testamento vital él mismo nos lo cuenta de manera diferente.
Historias a medio camino entre la añoranza por el pasado y la impaciencia por lo que aún no se ha conseguido, donde caben consideraciones acerca del alcohol, la puesta en escena teatral, los recuerdos de la calle Argensola, la crítica a las performances, el cine como vacuna contra el ambiente de censuar, pobreza y falta de libertad de la España de los cincuenta, la recuperación de maestros olvidados, el caso de los dictadores afectos a la pintura, el exilio en Francia, el matrimonio…
Nacido en Madrid en 1937, Eduardo Arroyo cursó estudios de Periodismo hasta que, en 1958, se exilió en París, donde inició su formación como pintor. En 1960 participó en el…