La ópera «no es una reliquia del pasado»; es un mundo vivo en el que se reflejan los cambios culturales y sociales. Así lo demuestra Tomás Marco en esta ambiciosa cartografía mundial del género que recorre el último siglo y cuarto, aproximadamente, de su historia. De Puccini, Strauss y Janácek hasta Pedro Halffter, Michel van der Aa, Toshio Hosokawa o Rachel Peters, pasando por Schönberg, Britten o Stockhausen, a lo largo de estas páginas asistimos, fascinados, a la disolución de su forma decimonónica hasta sus mutaciones más experimentales. No se había escrito antes una obra de esta envergadura sobre la ópera de nuestros días.

«Durante el siglo XX, todo, sometido a una presión tremenda, saltó por los aires. Fue una lucha sin cuartel. Había que encontrar nuevos caminos que permitieran la supervivencia del género. Se siguieron viejas fórmulas, se crearon otras nuevas, algunos creyeron que la ópera estaba muerta, que ya no servía, y se negaron a componer obras líricas; otros –la mayoría– aceptaron el reto y consiguieron en algunos casos resultados formidables. Fue un siglo de enfrentamiento entre tradición y modernidad, un siglo de incertidumbre, descubrimientos, fragor y pérdidas», explica Xavier Güell en el prólogo.

Con esta detallada crónica de la ópera moderna y contemporánea que permite comprender las entretelas de esas metamorfosis, tanto el versado en la materia como el aficionado curioso realizará un viaje de descubrimientos que no le dejará indiferente.




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