León de Vega, pianista ambidiestro y ambisiniestro, lleva un tiempo peleándose con los Preludios de Chopin. Sobre esa obra y al ritmo de sus veinticuatro movimientos, va tejiendo los claroscuros de una vida en la que se siente presa de paradojas imposibles de superar y sobre las que cabalga en una desmedida ambigüedad que lo transporta a una constante y desesperada bipolarización.

Bisexual, tradicional y ultramoderno, delicado y excesivo, unísono y desarmonizado, salvaje y tierno, encara cada pulsión existencial absolutamente solo y desnudo en sus contrapuntos. La música lo acompaña en sus diatribas, sus traumas y sus excesos dentro de una comunión que lo engancha al compositor romántico, le ata a sus amores imposibles, le empuja a la imposible redención, le convierte en vouyeur de su público y pesadilla de sus críticos, le hace transitar con devoción de Bach a Shostakóvich al tiempo que vomita sobre sus contemporáneos, saca el látigo y acaricia su país, no disimula una terrible anglofobia, reniega de raíces, identidades y familia, vapulea santones, blasfema como un demonio sin posible exorcismo metido en el cuerpo de los estertores del siglo xx… Y marcha sobre la vida y la muerte como una figura fantasmagórica contagiada de sida en un paralelismo marcado con la tragedia de Chopin, pero absolutamente rebelde e irredento en la defensa de su propia e insobornable idea de la libertad.

«Leí el libro de un tirón en 2004, fascinado por su protagonista. Desde entonces no me ha dejado en paz, tampoco el Chopin de los 24 preludios. Ruiz Mantilla es un novelista prodigioso.»
Ian Gibson

«Me identifico hasta extremos alarmantes con este volcánico y conmovedor Preludio
Carlos Boyero

«Jesús Ruiz Mantilla hace literatura con la música y música con la literatura para retratar a un pianista que tiene alma de novela gótica.»
Antonio Muñoz Molina