Un fantasma recorre el mundo, y no es el comunismo ni tampoco la rebelión de las masas. Se trata, más bien, de la secesión de las élites y, dentro de ellas, muy especialmente, la de los ricos. Este fenómeno se asienta sobre el hecho más fundamental que se ha producido en las últimas décadas: el incremento y la concentración de la riqueza en manos de una minoría a nivel planetario, tanto en las fases de expansión como en las de recesión.

Las reformas de naturaleza política impulsadas por las élites desde los años ochenta, la financiarización de la economía y la incesante revolución de las tecnologías de la información, comunicación y organización, han provocado grandes desacoplamientos y creado dinámicas globales que pueden ser no sólo diversas sino opuestas, en distintas regiones. Al mismo tiempo, las minorías opulentas han impuesto una visión que supone la deslegitimación del contrato social implícito, vigente desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La agenda neoliberal, hoy hegemónica, que condiciona el nivel de soberanía tradicional de los estados, empobrece la calidad de las democracias y ha producido niveles inéditos de precarización y destrucción de empleos, pobreza, exclusión y expulsión de los derechos de ciudadanía para grupos vulnerables y deterioro de las condiciones de vida para la mayoría. Incertidumbre, inseguridad y repliegue de las sociedades son la otra cara de esos procesos que aquí se analizan.

Antonio Ariño y Juan Romero analizan las desigualdades sociales y sus consecuencias no sólo a nivel global, sino también europeo y español,
y concluyen con un conjunto de reflexiones sobre las paradojas y los nuevos retos que presenta esta nueva época.



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