Un documento histórico único y una obra de gran valor literario.
«Mis vigilantes sólo podían seguir mis movimientos físicos. En sus informes, yo aparecía como un insecto. ¿Cómo me distinguía a mí mismo de aquellos a los que despreciaba por escribir mentiras? Sólo por una cosa: la vergenza que sentía.» Vesko Branev
Nació en Sofía, en 1932, y allí vivió hasta la caída del telón de acero en 1988, salvo un viaje de estudios a Alemania Federal que realizó en su juventud…