La escritura de Yurkievich parte del arte del verbo. Fascinadamente anhela sumirnos en el hervidero mental de Vallejo, en el desconcertante embeleso de las fantasías borgeanas o en las deambulaciones y vicisitudes existenciales de Cortázar, anhela hacernos compartir con Huidobro una bella locura en la vida de las palabras o el vuelo sensual entre las dos laderas de Octavio Paz, de la faz solar a la sombría. Así Yurkievich convierte el ensayo en un bálsamo contra el tedio cuyo raro secreto consiste en trasmutar el conocimiento en literatura.
Nacido en Argentina en 1931 es uno de los más eminentes críticos literarios de Hispanoamérica y, a su vez, uno de sus más importantes poetas. Practica la creación y la…