En contacto con un universo condenado del que sólo había sabido a través de susurros y medias palabras, encarnado en una remota µfrica colonial a donde emigró uno de sus antepasados, Martín va descubriendo que sus afinidades como individuo no se encuentran en el ámbito de su familia, ni de su clase, ni de su país, su raza o su lengua. Quienes deberían resultarles más extraños son paradójicamente quienes están más cerca de él, y el ajuste de cuenta que desencadenará este descubrimiento dará lugar a una dolorosa aunque liberadora metamorfosis.