Durante un viaje a Viena, el protagonista es interrogado por un agente de aduanas, que le somete a las preguntas burocráticas con las que los representantes de la autoridad hacen valer su poder con el único fin de que el individuo se sienta indefenso y humillado. Expediente, el relato de Kertész, le vino a la memoria a Péter Esterházy cuando él mismo se vio involucrado en una situación similar en un viaje a Viena. Esterházy decidió entonces escribir Vida y literatura, su propia versión de esa anécdota, aparentemente banal, pero que recuerda la persistencia de las huellas de tiempos peores.