Las relaciones humanas en nuestra sociedad son cada vez más impersonales. Y un número creciente de ciudadanos añora los tiempos en que los vínculos personales eran más intensos. El pluralismo en que vivimos es a menudo rechazado y aumenta la aversión hacia el otro, hacia el extraño. Todo ello acrecentado por la ansiedad ante la falta de perspectivas y la incertidumbre hacia el futuro.

Tierra de extraños ofrece argumentos para rebatir estas peligrosas tendencias y para forjar distintas maneras de relacionarse con el extraño, tanto en las esferas de lo público como en lo privado, a la vez que elabora elementos para una política de la diversidad apropiada a los tiempos que vivimos.




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