En un lugar de la Mancha empieza también esta travesía por el mar de la gran literatura que propone Julián Ríos. En el puerto de Boulogne-sur-Mer, en la Mancha francesa, el 19 de mayo de 1934 el barco holandés Volendam está a punto de zarpar hacia Southampton con un pasajero insigne: Thomas Mann. Viajero previsor, Mann se ha reservado para el trayecto la lectura de esa novela de novelas, ese mar de narraciones que es el Quijote.

Este episodio real le sirve a Julián Ríos para trazar en Quijote e hijos una peculiar genealogía literaria a partir de la obra cumbre de Cervantes, a quien vemos como el gran patriarca de una familia de escritores en quienes, de una manera u otra, dejó la contundente huella que sólo dejan los genios. Joyce y su Ulises -descendiente no sólo de la épica homérica sino también de la tragicomedia humana de Cervantes-, Machado de Assís, Arno Schmidt, Rayuela, Nabokov -que tachó el Quijote de obra de «odiosa crueldad»- y dos de sus hijos: Lolita y Pálido fuego son las ramas principales que integran el árbol genealógico que nos brinda Julián Ríos en esta colección de ensayos.