Desde la polémica de la ciencia española hasta la Generación del 98


«En España como problema hay, en cierto modo, una especie de adelanto de su ejemplar Descargo de conciencia; quiero decir que esa obra está animada por lo mejor del espíritu -del mensaje intelectual- de su autor [… ]: la voluntad integradora, que en España como problema supuso, nada más y nada menos, que salvar las barreras que en plena guerra civil se habían manifestado con la pretensión de dejar fuera de la «nueva España» la tradición ética y crítica vinculada a las más brillantes promociones intelectuales del último siglo, sólo equiparables, por su calidad literaria, a las que ilustraron el lejano «siglo de oro». »

Con estas palabras extraídas de la Introducción del primer volumen de España como problema, Carlos Seco Serrano resume la empresa que llevó a cabo Pedro Laín Entralgo en la redacción de esta obra cumbre dentro de su producción intelectual. Porque este texto, en definitiva, no sólo supone un análisis del patrimonio cultural de un país convaleciente tras una guerra fratricida, sino también la plasmación de un proyecto: el ideal de una España íntegra y reconciliada.