La Revolución rusa de 1917 es sin duda uno de los episodios más cruciales del siglo xx y dio origen al primer estado totalitario de la historia. Muchos fueron los artistas y escritores que saludaron la revolución y muchos también los que sufrieron la represión del totalitarismo que la siguió. En El triunfo del artista, Tzvetan Todorov se fija en una serie de creadores y analiza su posición frente a la revolución en dos momentos: en primer lugar la actitud que adoptan en relación con la idea misma de revolución antes de que se convierta en realidad. Y en segundo lugar la relación que se establece, una vez producida, entre el arte y el poder, entre los creadores y los dirigentes políticos.

Escritores como Pasternak, Bábel, Bulgákov, Mayakovski, Tsvietáieva o Mandelstam; cineastas como Eisenstein; músicos como Shostakóvich; y pintores como Malévich son analizados por Todorov desde el conocimiento profundo de su obra y la compasión por la tragedia de su vida. Para proclamar finalmente el poder del arte sobre aquellos que quieren su muerte.