Desde la Antigüedad Clásica hasta prácticamente la época contemporánea, el retrato ha sido uno de los géneros artísticos más practicados en el arte occidental, aunque es a partir del Renacimiento cuando alcanza su pleno desarrollo histórico, tanto por la riqueza de perspectivas con que es afrontado, como por la complejidad de variantes en las que se subdivide en función de las cambiantes exigencias sociales. El retrato pretende alcanzar un triple objetivo: estudiar el retrato como género y sus diferentes prototipos históricos; analizar las fuentes psicológicas y sociales; y, por último, estudiar la evolución del retrato a través de los estilos y escuelas nacionales más característicos.